Este edificio histórico, situado en la confluencia de las calles Mayor y Jarauta, es el único exponente de la arquitectura civil de la Pamplona del siglo XVI. Para conocer el origen del palacio es necesario remontarse a 1548, año en que Luis de Beaumont, Condestable de Navarra, compró 4 casas colindantes para ampliar la suya que estaba en la esquina de la calle Mayor. El título de Condestable de Navarra proviene del primer tercio del siglo XV y se utilizaba para designar a los nobles encargados de portar el estandarte real.
A lo largo de su trayectoria, el inmueble ha servido a la ciudad como sede episcopal e incluso como ayuntamiento. Ya en el siglo XXI y tras acometerse importantes trabajos de restauración, este palacio abre sus puertas al servicio de los ciudadanos como centro cívico y engrosa la lista de bienes de interés cultural de Navarra. La reforma emprendida ha devuelto al inmueble su apariencia original recuperando elementos como su caprichosa esquina.
El edificio sigue el modelo de los palacios renacentistas. Desde la calle Mayor se accede por un zaguán tras el que se abre un patio con la escalera principal en un lado. Alrededor de este espacio se sitúan las estancias. El conjunto se completa con un jardín trasero donde en tiempos se ubicaban las caballerizas.
Planta baja
El patio está acotado por 14 columnas octogonales, 8 de ellas originales. En él podemos admirar un aljibe hallado en la excavación arqueológica. La sala más antigua es una estancia medieval de más de 6 metros de altura que presenta tres grandes arcos ojivales.
Primera planta
Es la planta noble y alberga tres amplios salones con techos cuyo artesonado de madera mantiene parte de la policromía original. A lo largo de cuatro siglos las paredes se decoraron al gusto de sus inquilinos y el recorrido por las salas permite apreciar algunos esbozos de otros tiempos. En este piso se ha instalado la exposición sobre el genial violinista pamplonés Pablo Sarasate. Además, las salas nobles acogen exposiciones temporales de diversas temáticas.
Segunda planta
Durante casi dos siglos estuvo ocupada por el personal al servicio del palacio que se dedicó a realizar grafitos sobre las paredes; dibujos anónimos hechos a lápiz y de variada temática. En la actualidad esta planta sustenta el lucernario que da luz natural al conjunto. Destaca la recuperación de la galería de arquillos apuntados en la fachada del edificio que se abre a la calle Mayor.
(Fuente: turismo.navarra.com
Fotografía propia de Planeta Pamplona)
Fotografía propia de Planeta Pamplona)