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Si te das un paseo por el Parque de la Taconera de Pamplona, y te fijas bien, verás a Mariblanca. Hoy muchos ni siquiera se percatan de su presencia, sin embargo esta bella figura femenina tuvo gran popularidad cuando ocupaba un lugar privilegiado de la ciudad.
plaza de la constitución nº 43
Plaza de la Constitución (ahora Plaza del Castillo)
A finales del siglo XVIII Pamplona planteó un nuevo sistema de abastecimiento de agua, debido al crecimiento demográfico y a los continuos problemas por sequías e insalubridad. Consistió en una gran obra de ingeniería para captar el agua de manantiales de Subiza, en la sierra de Erreniega o el Perdón, y su conducción hasta el casco urbano. El célebre arquitecto Ventura Rodríguez, quien realizó la fachada de la Catedral, fue el encargado de construirla proponiendo, entre otras cosas, un acueducto de 1.240 metros que salvara el desnivel del terreno en Noain.
La obra fue un avance bestial porque permitía a Pamplona, ya por aquella época, contar con suministro de agua potable de gran calidad. Por ello, el Ayuntamiento decidió celebrarlo colocando 5 fuentes emblemáticas, que son encargadas a Luis Paret. La más imponente de ellas fue la de la Beneficencia o Abundancia, coronada por una Venus de mármol blanco, a la que se comenzó a llamar Mariblanca. Residió durante más de un siglo en el mismo centro de la Plaza del Castillo, hasta que en 1910 fue sustituida por un kiosco de madera. En 1927, previa estancia en la Plaza de San Francisco, se le trasladó a los Jardines de la Taconera.
la Mari-Blanca en la Plaza de San Francisco, 1926
Plaza San Francisco, 1926
Mariblanca es una diosa de la abundancia que representa la esperanza de mejora de vida de la Pamplona de finales del XVIII. Ahora ocupa un lugar secundario en el paisaje urbano de la ciudad, pero hay voces que reclaman devolverle el protagonismo que tuvo antaño. Seguramente merece un sitio mejor…¿cuál?
(Fuente: nafarrak.wordpress.com
Fotografía propia de Planeta Pamplona)