Mademoiselle Agostini
- Leona Remigia Echarren, conocida artísticamente como Mademoiselle Agostini o la reina del Arga (1853-1921) fue una famosa funambulista nacida en el barrio de la Navarrería. Actuó en innumerables lugares (plaza de toros, plaza del castillo, la ría de Bilbao, el Pisuerga…) pero su más famosa hazaña fue cruzar el rio Arga andando por una cuerda a más de diez metros de altura.
- Junto a las pasarelas que unen las dos orillas junto al Club Natación se ha colocado un totem con un código QR desde el que se puede leer más sobre su historia.
- En la Txantrea hay una calle llamada Remigia Echarren.
- Se acaba de encontrar la primera fotografía de la funambulista. El coleccionista que la adquirió la ha cedido al Archivo de Pamplona para que sea uno de los contenidos sobre las fiestas que se expondrá en el Cuerpo de Guardia ubicado en el Portal de Rochapea (en la cuesta de Santo Domingo).
Intrépida equilibrista pamplonesa que asombraba a la ciudadanía con su espectáculo cruzando sobre una maroma el rio Arga, muy cerca de este lugar, la Plaza de Toros, la Plaza del Castillo y otros enclaves más allá de nuestras fronteras. De nombre artístico Mademoiselle Agostini, disfrutó desde lo más alto del derecho a ser lo que quiso ser, lo que le valió el apelativo de “la reina del Arga”.
Singular por su oficio y por su destacada personalidad, Remigia Echarren fue una de esas mujeres que sobresalen por encima del tiempo que les toca vivir. Del mundo de la farándula y la fantasía, del circo y la magia, Remigia se alimentó durante casi toda su vida. Y por echarle fantasía al mundo, se inventó hasta un sobrenombre artístico: Mademoiselle Agostini.
No se sabe cuándo actuó por primera vez en la ciudad que le vio nacer, pero ya durante los Sanfermines de 1882 “La Echarren”, como se la conocía, ofrecía un plato fuerte en la plaza de toros que consistía en cruzarla por el tejado, de un extremo a otro, a través de una maroma. Pío Baroja fue uno de los espectadores que asombrados la contemplaron ese año. Pero a esa mujer no le asustaba nada. Entre las atracciones que ofreció durante los Sanfermines de 1883 destacó la de cruzar el río Arga, a una altura de diez metros frente a la máquina de Pinaquy. Pero, además, lo hizo con unos canastillos en los pies y deshaciendo el camino con los ojos vendados. El espectáculo, gratuito, resultó un éxito de público que, asombrado, la solicitaba años tras años. La Plaza del Castillo tampoco se le resistía. El Consistorio fue magnánimo y le agradeció las actuaciones con una donación de 500 pesetas.
Premin de Iruña, seudónimo de Ignacio Baleztena, llegó a comentar: “En este día memorable fue proclamada reina del Arga, Aragoa, Runa, o como quieran ustedes llamar al río que riega las huertas de la Rochapea, la notable, la intrépida pamplonesa, Remigia Echarren, conocida en el mundo circense (…) por el alias de Mlle. Agustini”. La prensa local tampoco quiso dejar de comentar el atrevimiento de la funambulista. El periódico “Lau-buru” hablaba así de la arriesgada hazaña: “el espectáculo se verificó en la parte del río contigua a la fábrica de Pinaquy a las siete menos cuarto de la tarde. Un cuarto de hora antes nuestra distinguida paisana se dirigía a aquel punto en carreter descubierta… y precedida de la banda de la Casa de Misericordia.
Al mismo tiempo salían por la puerta de la Tejería millares de personas que fueron colocándose en las inmediaciones del río, de suerte que la pequeña explanada de la orilla izquierda del Arga y la Ripa llamada de Beloso, ofrecían un aspecto verdaderamente animado. La funámbula se dispuso a empezar su travesía, el público guardó silencio unos momentos y a los tres minutos, Agustini llegaba con toda serenidad al lado opuesto del río sobre el cual se había tendido la maroma a unos diez metros de altura. La equilibrista colocó los pies en unos canastillos y una vez sujeto convenientemente este calzado, cruzó aquella el río con verdadera serenidad, llegando cuatro minutos después al término de su arriesgado viaje”.
Sus habilidades la hicieron famosa más allá de estas fronteras. El Pisuerga y la ría de Bilbao fueron otros escenarios en los que demostró su arte circense. Trabajó intensamente entre los años 1885 y 1892, año en que tuvo un accidente en Ondárroa cuando trabajaba en la maroma con una silla a quince metros de altura. Sufrió diversas fracturas que acabaron con su vida laboral y profesional. No obstante, y pese a ello, aún actuó en Pamplona en 1904. Al final de su vida, como las grandes tramoyistas de la historia, acabó en la más absoluta miseria. La lotería que vendía por las calles no la apartó de la pobreza.
Reciéntemente se le ha recordado en una obra de Teatro:
Hoy Estefanía de Paz representaba “La reina del Arga” en la Escuela Navarra de Teatro y yo, como parte del equipo de PLANETA PAMPLONA, que somos muy fans de Remigia Echarren e incluso es una de nuestras protagonistas (solo tenéis que leeros nuestro capítulo del mes de junio para ver su avatar y disfrutar de ella), he ido a ver la preciosa, artística y divertidísima obra de teatro de Mademoiselle Agustini.
Si, porque nuestra paisana tenía todos esos nombres: Remigia Echarren (el nombre que le pusieron sus padres y que nombra también a una calle en el barrio de la Txantrea), la reina del Arga (que es el nombre que le pusieron sus vecinos y vecinas contemporáneos de Pamplona cuando la vieron cruzar nuestro rio encima de una cuerda suspendida a más de 10 metros de altura y con los ojos vendados) y Mademoiselle Agustini, que es el nombre que se puso ella seguramente para parecer más misteriosa y sofisticada. Este seudónimo es ahora el nombre oficial de las pasarelas de Pamplona. Y como dice Tefi… estaría bien que todos las llamáramos así para que, además de un nombre oficial sea el nombre que se utiliza popularmente.
Tefi de Paz es una artista integral. Una payasa. Pero también una malabarista. Y, sobre todo, una mujer inteligente que investiga en la historia para transmitirnos cultura y recuerdos de Pamplona de una manera lúdica y hasta de los momentos más oscuros de nuestra historia sacarnos una sonrisa.
A mí me ha encantado que alguien esté consiguiendo hacer popular a una mujer que fue una referencia en la Pamplona del siglo XIX. Una mujer tan independiente y tan libre que no encajaba en las estrechas calles de nuestra ciudad y a la que hay que homenajear y recordar.
Además, al acabar la obra, hemos ido a ver el escenario y a felicitar a Estefanía. Le han contado que Remigia también forma parte de PLANETA PAMPLONA y hasta tiene su propio avatar. Me han regalado su libro, para que pueda profundizar todavía más en nuestra maravillosa reina del Arga y, cuando me ha contado que su editora se llama Iruña, igual que mi hija mayor… no hemos podido gritar mas que el lema de esta maravillosa obra de teatro: “¡Qué coincidencia! ¡Qué loca!”.
Fuentes: