Una de las mejores cosas que tiene la primavera es que vuelve a sacar a las calles a guías de muchos temas que empiezan a regalarnos sus visitas guiadas. Sabéis que tengo auténtico vicio con las visitas guiadas por temas de Pamplona (tanto para dar como para recibir), así que estaba deseando hacer la de la pelota vasca.
Lunes 5 de mayo, a las 7 de la tarde. Una veintena de personas esperábamos a las puertas del Archivo Real a que Santi Lesmes (nuestro pamplonauta número 15, por cierto) comenzara el recorrido. Santi, ha trabajado en diferentes ámbitos, y todos muy sesudos (derecho, Hacienda…) pero cuenta que siempre ha sabido que lo que, en realidad quería ser era guía turístico en Pamplona. Sobre todo, desde que asistió a una visita guiada llamada “Contar, cantar y catar”. Estoy deseando que reediten este formato porque no me perdería ni una…
Bueno, al lío… Con el objetivo de conocer los orígenes y la evolución de la pelota vasca como patrimonio cultural y turístico de nuestra ciudad, empezamos la visita en el Archivo Real de Navarra porque las primeras anotaciones que hay sobre el juego de la pelota son de 1330, cuando el rey de Pamplona, Felipe III, solía salir de su palacio, en el Archivo hacia el claustro de los dominicos, que entonces estaba en la plaza del castillo, a jugar a pelota.
De ahí Santi nos hizo una ruta por los distintos frontones (la auténtica ágora vasca). Empezando por uno de los más míticos de nuestra ciudad: el frontón de La Mañueta donde no solo se han jugado partidos de pelota, sino que se han celebrado bodas gitanas, veladas de boxeo y hasta un duelo a espada y a primera sangre en 1932… Pero, lo más destacado eran los mañueteros con sus locas apuestas (desde el que jugaba con un perro a hombros hasta los que lo hacían atados con otros dos por los tobillos…).
De ahí, a la plaza consistorial, el lugar preferido de este Planeta Pamplona porque siempre sabemos qué, desde allí, en lo alto, Pampilón nos observa y nos cuida… Allí Santi nos habló de los orígenes del encierro. En esta cuestión tengo que reconocer que no coincidíamos del todo, pero si en la idiosincrasia de rebeldía de las gentes de Pamplona y cómo este rasgo ha sido el germen de la popularización de muchas cosas que hoy son muy cotidianas, como el encierro a la pelota. Y podríamos señalar muchas más… desde el Riau-riau hasta la propia estatua de Los Fueros de la que estoy acabando de escribir una historia que tengo muchas ganas de compartir con vosotros.
De ahí, a recordar el perdido Euskal Jai y compararlo con el precioso y mozárabe Beti Jai (en Madrid) que visitamos hace unas pocas semanas.
Y, en el Jito Alai hablamos del papel de las mujeres en la pelota vasca. De Albisu, la primera mujer manomanista de la que se tiene referencia, en 1870 y de Maria Unzueta, en 1892. Para el año 1897 ya se habían creado 2 grupos de mujeres cestistas, uno en Valencia y otro en Barcelona. Se cree que fueron las primeras mujeres deportistas profesionales del estado. Todo preparativos para crearse en 1917 las Raquetistas. Se hicieron posters de ellas, eran populares y hasta se vendían cromos, como ahora los hay de futbolistas famosos… Es impresionante pensar (hoy en día, si no nos lo hubieran contado no nos lo creeríamos) que en 1943 había 750 mujeres pelotaris profesionales frente a solamente 600 hombres. Fueron luchadoras y pioneras. Rompieron un mito. Las mandaban a Cuba a Madrid, y volvían ricas. Eran mujeres solteras que viajaban solas a principios del siglo XX. A algunas familias eso les avergonzaba y muchas veces contaban que se habían ido a servir.
Y, como suele ocurrir en este tipo de historias… fueron maltratadas por diferentes sectores:
- Por el franquismo, que les obligó a “ser más recatadas”, exponerse menos, ser menos libres, alargarse las faldas.
- Por su propio entorno vasco, que decidió apostar porque la pelota era un deporte viril.
- Y por sus propios compañeros, que sentían envidia de que ellas eran más, hacían más espectáculo y, curiosamente, también ganaban más dinero que ellos.
Llegamos, finalmente, al plato fuerte, al Frontón Labrit, hablando del momento en el que Maite Ruiz de Larramendi ganó a Beloki.
Allí nos pusieron un pequeño documental y nos fueron enseñando el sonido atávico de la pelota, las diferentes maneras de jugar. Mano o con herramienta: guante, pala, cestapunta (Hemingway, era un gran aficionado: Sus amigos, en Cuba eran los pelotaris vascos de cesta punta y hay una anécdota con granadas que os cuento otro día), remonte (que lo inventó aquí Juanito Moya). También nos enseñaron que en cesta y en remonte no existen los zurdos. Todos deben ponerse la herramienta a la derecha.
También nos hicieron una demostración de cada una de las diferentes técnicas (qué bonito espectáculo) y nos dejaron bajar al frontón a probar.
Ni lo dudéis: en cuanto salgan las próximas visitas vais a disfrutar muchísimo del viaje. Y saldréis preguntándoos si la pelota es universal porque es vasca o si es vasca porque es universal. De lo que no cabe duda es de que es una parte fundamental de Pamplona. Y, si os quedáis con ganas de mas, siempre podéis leer el libro “La increíble historia de la pelota vasca” de Santi Lesmes.
Me tomo la osadía de editar a mi compañera el artículo porque a parte de agradecerlo y llevarme al pasado y mis partidos como palista del Club de Tenis creo que he sido el único pelotari al que se le permitió jugar en bañador un partido oficial de Inter Pueblos (GRAVN) en el Labrit, bajo a flipante mirada de algún aficionado que no entendía nada, y es que olvidé llevar la ropa ese día… En fin anécdotas del planeta !!!