La Churrería de La Mañueta es uno de esos lugares míticos de Pamplona.
puede ser porque tiene más de 150 años. Se fundó en 1872, primero en la calle Curia pero, desde que comenzó el siglo XX se instalaron en La Mañueta y allí siguen.
Solo abre 15 días al año. Los dos últimos sábados de junio para hacer la prueba de la harina nueva antes de San Fermín, del 7 al 14 de julio, los domingos de octubre y el 13 de diciembre por el aniversario. Y allí están varias generaciones de la familia Elizalde-Fernández atendiendo a la clientela que hacemos cola por la calle La Mañueta y esperando que llegue nuestro turno mientras nos reparten churros para entretener la espera.
Es tan icónica que hasta tiene varios libros: «Ayer y hoy de la churrería de La Mañueta» publicado en el 2022, «Mi calle, sus personajes y la churrería de La Mañueta» de Paulina Fernandez e, incluso, un precioso libro del fotógrafo Pio Guerendiain llamado «La fragua de Vulcano». También en mi próximo libro Hemingway hace cola esperando a comprar una docena de churros (una rosca sería demasiado para el escritor de FIESTA) mientras espera a que le atienda doña Paulina y le de alguna pista que le ayude a investigar su misterio… Pero esa es una historia que ya os contaré otro día.
El caso es que el domingo nos invitaron a visitar la churrería por dentro y os aseguro que fue una auténtica maravilla. Hicimos cola, compramos churros (1 docena, 9 € y una rosca, 27) y, después nos llevaron a conocer el lugar donde fríen la magia. Harina, agua, aceite a la temperatura perfecta, la fuerza suficiente para amasar la masa un par de veces y de hacer una rosca en los grandes cubos donde los fríen mientras el fuego de leña, como magia, lo calienta todo.
Y después, nos invitaron a un vaso de patxaka elaborado por ellos mismos mientras escuchábamos cantar alrededor del fuego. Un auténtico momento mágico de este PLANETA PAMPLONA.
