A los auténticos pamplonautas cualquier cosa nos recuerda a Planeta Pamplona.

El otro día nos hablaron del Museo Pablo Sarasate y nosotros, inevitablemente, empezamos a pensar en nuestro músico, uno de los principales protagonistas de nuestro mes de mayo… aunque, por el momento, no podemos contaros el importante papel que tendrá en nuestra historia.

El caso es que hoy mismo nos hemos ido hasta el Condestable para hacerle una visita al legado que el músico le regaló al Ayuntamiento de Pamplona unos años antes de su muerte.

El Museo abre durante todo el año de 6 a 9 de la noche pero, durante el verano también se puede visitar de 11 a 2 del mediodía; así que hoy por la mañana hemos pensado que era una  buena ocasión para irnos a buscar un violín. Aunque, en realidad, en el Museo hemos encontrado tres. Pero eso, desde luego, es lo menos sorprendente porque mientras investigábamos por la sala hemos podido profundizar en la historia del músico (que, en realidad se llamaba Martín Melitón Sarasate y se puso Pablo como seudónimo musical) mientras paseábamos alrededor de medallas conmemorativas, bastones labrados de los que el músico era un gran  coleccionista, cuadros, fotografías… e incluso carteles de San Fermín en los que se anunciaba al violinista como el gran acontecimiento de las fiestas.

Ha sido una gran oportunidad de visitar el Museo de Pablo Sarasate, un rinconcito bastante desconocido de Pamplona que se encuentra en la primera planta del Condestable. Se trata de un edificio singular, porque si escuchas con atención podrás sentir claramente los pasos de Siria, Saira y el león Pampilón subiendo las escaleras y acercándose a tí en busca de alguna pista que devuelva el equilibrio a nuestro precioso PLANETA PAMPLONA.

Una Mirada Atrás Pablo Sarasate 8 febrero 2014